Comer mejor cada día | Decálogo
Consejos para comer mejor cada día
Si quieres tener una dieta variada y equilibrada, además de optimizar al máximo tu presupuesto, sigue las recomendaciones de nuestro Decálogo.
Los alimentos de origen vegetal aportan más nutrientes, fibra y antioxidantes que los de origen animal y además disminuyen el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, cáncer o diabetes tipo 2. Intenta que en cada una de las comidas principales siempre haya una porción de verdura y/u hortalizas y haz de la fruta tu postre o snack favorito: así lograrás esas 5 porciones que todos debemos intentar consumir.
Hay alimentos de origen vegetal, como las legumbres o los frutos secos, que te aportan proteínas de calidad (más aún si los combinas entre sí, por ejemplo arroz con legumbres). Esto te ayudará a limitar el consumo de carne roja y embutidos.
Y recuerda, consume las frutas enteras mejor que en zumo. Así obtendrás además de todas sus vitaminas, toda su fibra y lograrás que tu cuerpo utilice los azúcares de la fruta de forma más gradual.
Todos los días pierdes agua a través de la respiración, la transpiración, etc. Para que tu cuerpo funcione correctamente, debes reponer esa agua perdida, sobre todo si es verano o practicas deporte. Evita el consumo de bebidas azucaradas y alcohol.
Te aportarán más fibra, lo que es bueno para el tránsito y la flora intestinal, y disminuirá el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Además te saciarás más durante más tiempo.
El consumo de aceite de oliva contribuye a aumentar los niveles del “colesterol bueno” (HDL-colesterol) y a disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, entre otros beneficios. Además, ¡forma parte importante de nuestra dieta Mediterránea!
Puedes optar por una fruta, un yogur natural o un puñado de frutos secos, en lugar de otros alimentos menos sanos.
Haz del consumo de bollería industrial y golosinas algo ocasional. Aportan muchas calorías y tienen un valor nutricional limitado.
Elabora un menú semanal y anota en una lista los ingredientes y cantidades que vas a necesitar. De esta manera evitarás llenar tu carrito de productos que no necesitas.
Construye a partir de los básicos: arroz, pasta, legumbres.
No te olvides de incluir en tu lista todos los productos necesarios para que tu dieta sea variada y equilibrada, como frutos secos y alimentos a base de cereales integrales.
Los congelados y las conservas pueden resultar más económicos, permiten ahorrar tiempo y conservan las propiedades nutricionales.
Son más económicos, más sabrosos y más respetuosos con el medio ambiente.
Para comparar el precio de los distintos alimentos y poder elegir mejor, fíjate siempre en el precio/kilo.
Puedes también aprovechar los descuentos que se aplican a los alimentos próximos a caducar. Son seguros, más baratos y los podrás identificar fácilmente en los lineales. Cuando adquieres estos alimentos, además de ahorrar, ayudas a disminuir el desperdicio alimentario.
Cocinar tus recetas y salsas no sólo ahorra dinero, sino que suele resultar más saludable que consumir productos precocinados. Las sopas y los purés son una excelente opción: les puedes echar de todo, son baratos y gustan a todos.
Si usas la olla a presión reduces tanto el tiempo de preparación como la energía necesaria para cocinar.
Evita usar el horno para preparaciones pequeñas. Cuando lo utilices, cocina varias cosas a la vez.
Opta por alimentos crudos, además de ser más sanos son más económicos. Y si son cocinados, mejor hervidos o cocidos que fritos.
Di sí a las sobras. No tengas miedo a hacer comida de más, ya que si la conservas bien puedes aprovecharla después, ahorrando tiempo y reduciendo la energía empleada para cocinar.