Las albóndigas con tomate, son las albóndigas más ricas que he probado en toda mi vida. Ahora que vivo sola y lejos de casa, he pedido a mi madre que me de la receta porque no puedo mucho tiempo sin probarlas y ahora que tengo la receta, la quiero compartir con todos vosotros porque esta maravilla de comida no puede estás oculta, ja ja ja. Espero que las hagáis y os estén tan buenas como me lo están a mí.
Lo primero que haremos será lavar el pimiento, pelaremos el ajo, rallaremos los tomates y cortaremos el tomate del bote a trozos pequeños. Después, pondremos aceite de oliva en la base de la cazuela y echaremos el ajo pelado y el pimiento a trocitos.
A continuación, lavaremos y cortaremos la berenjena y el calabacín a tacos muy pequeños. Lo echaremos también al fuego. y vamos moviendo poco a poco todo. (Eché unas hojitas de laurel, pero no siempre tengo).
Ahora, pico la almendra en el mortero y la dejo hasta que toda la verdura está frita.
Mientras, me pongo a hacer la masa de la carne: pongo la carne picada con la ralladura de limón, el zumo del limón, la pimienta negra molida, sal, un puñado de pan rallado, piñones y un ajo a mini trozos. Lo mezclo todo bien y hago las bolitas.
Pongo en una cazuela más grande la base con aceite de oliva. Sigo moviendo la verdura y echo aquí la almendra partida para que se fría un poco. Pongo las albóndigas y las frío un poco.
Paso el pisto sin los ajos por el chino para que los nietos no vean la verdura. Lo vuelvo a la olla con el vaso de vino y el zumo del tomate de bote. Lo dejo a fuego lento mientras frio todas las albóndigas.
Finalmente, mezclo en la olla grande el tomate y las albóndigas y lo dejo a fuego lento como media hora para que se terminen de cocer por dentro y estén más blanditas.
Pasado el tiempo, tendremos un delicioso plato de albóndigas con tomate.
¡Están para chuparse los dedos!