El compositor Rossini acostumbraba a preparar sus famosos ‘caneloni’ a todos sus invitados. De los grandes salones parisinos del siglo XIX, esta receta de canelones Rossini llega ahora hasta tu casa.
Paso 1:
Acerca al fuego una olla con abundante agua. Cuando comience a hervir a borbotones, añade la pasta, junto a un chorrito de aceite –que evitará que se pegue- y sal. Cuando esté lista (pasados 6 minutos aproximadamente si has hecho tú la pasta, o el tiempo que indique el fabricante si la pasta es comprada), escurre los canelones, refréscalos y extiéndelos sobre un paño de cocina limpio, para evitar que se peguen entre sí.
Paso 2:
Pon pequeñas porciones de paté sobre cada lámina de canelones y enróllalos. Si dispones de una manga pastelera, resultará más sencillo enrollar primero el canelón, y rellenarlo después con el paté.
Paso 3:
En el fondo de una cazuela de barro, de porcelana o cristal apto para el horno, cubre el fondo con unas cucharadas de salsa de tomate. Pon encima los canelones y cubre con salsa bechamel. Por último espolvorea de queso rallado especial para fundir e introduce en el horno a temperatura máxima o puesto con el grill. Gratina la superficie, retira del horno, y sirve inmediatamente.
Presentación:
Estos canelones Rossini se pueden servir en un plato bonito con unas hojitas de menta encima y orégano espolvoreado. También queda muy bonito presentarlos en la misma cazuela en la que se han horneado. En este caso, eso sí, en vez de hornear todos los canelones en una cazuela grande, habrá que optar por cazuelitas de barro o cerámica individuales.
Sugerencia:
No dudes en emplear la pasta DIA a la hora de hacer estos canelones Rossini. Es de la máxima calidad y dará un toque de distinción a tu mesa.
Para hacer la pasta fresca:
Hacer un volcán con la harina tamizada y rellenarlo con los huevos batidos y un poco de sal. Se va incorporando la harina hacia dentro y se trabaja con las manos para ir incorporando toda la harina y hacer una masa homogénea. En caso de que quedara muy seca se puede añadir unas cucharadas de agua hasta logara la consistencia adecuada. Cuando adquiera una consistencia lisa y firme se envuelve en papel plástico y se deja reposar en la nevera al menos durante una hora. Pasado ese tiempo, se deja atemperar, es decir, que pierda el frío de la nevera y se estira con las manos y el rodillo (o la máquina de pasta si la tienes). Cuando consigamos el fino grosor deseado, cortar con un cuchillo cuadrados de unos 12 centímetros.
Para la salsa bechamel:
Poner en el fuego un cazo con una nuez de mantequilla y, una vez derretida, añadir la harina y sofreír unos minutos. Apartar del fuego.
Por otro lado, poner a hervir la leche con una pizca de sal, pimienta y nuez moscada. Cuando hierva, añadir esta leche a la harina y acercar todo al fuego. Mezclar bien con una varilla para que no queden grumos y dejar cocer al menos 10 minutos a fuego suave, removiendo constantemente.
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