Mis padres se fueron a vivir a la ciudad cuando se casaron, pero todos los fines de semana volvíamos al pueblo de visita. Mi infancia está ligada a él, y a esa etapa de mi vida regreso cuando preparo estas galletas del pueblo, según la receta que me dio mi madre y que era la que mi abuela hacia. Simplemente es olerlas cuando se están haciendo para volver a sentirme como una niña. En un cuenco vamos a mezclar todos los ingredientes en las cantidades que os indico, ayudados con una cuchara de madera hasta que obtengamos una masa homogénea. En una bandeja de horno colocamos un papel especial para horno y vamos colocando pequeñas porciones de masa de la forma que queramos darle, separadas entre sí. Metemos la bandeja al horno a una temperatura de 180 grados durante unos 20 minutos o hasta que veamos que las galletas estén doraditas. Podemos poner por encima de cada galleta unas almendras tostadas.