Una exquisitez de plato y que cada vez que lo como me recuerda a sur, a calorcito, a playa, a flamenco, a familia y a domingo. Este plato que tanto me hacer revivir y que está de morirse, es la gambita arrocera con tomate. Mis abuelos maternos, gaditanos y con muchísimo arte, de toda la vida han cocinado este plato. Cada domingo del mes de agosto, ha sido el plato estrella. Ahora que ellos ya no están, cada vez que llega agosto y nos vamos a Cádiz, la tradición sigue más viva que nunca y así ellos también lo estarán.
Lo primero que tenemos que hacer será limpiar las gambas quitándoles los bigotes. Una vez limpias, las vamos a reservar en la nevera hasta el momento de cocinarlas.
En una sartén honda o cazuela con aceite de oliva, vamos a poner a freír el tomate con un poco de sal, dos cucharadas de azúcar, la cayena y el laurel.
Después la vamos a tapar y a dejar que se haga a fuego lento. Iremos probando de vez en cuando por si se quiere rectificar de sal o azúcar.
Cuando el tomate ya esté casi hecho, añadiremos las gambitas bien escurridas en un colador para que no suelten agua.
Dejaremos las gambitas en la salsa a fuego lento unos minutos y sacaremos. De esta manera están más sabrosas si se dejan reposar un tiempo.
Se pueden servir calientes o a temperatura ambiente.
¡Un auténtica delicia esta gambita arrocera con tomate!
CONSEJOS:
-Aprovisiónate de un buen pan casero para la salsa.
-Advierte a los comensales de que hay una cayena o retírala antes de servir. De lo contrario, alguien "puede resultar herido".
-Si no se puede o no se quiere comer picante, no poner la cayena.
-Si no encuentras gamba arrocera, puedes usar otros marisco, preferiblemente pequeño. Queda muy bien también con cigalitas.