Es una de nuestras tapas por excelencia. Y una forma ideal de aprovechar este rico marisco que tanto juego da en la cocina. Son fáciles de preparar y lo puedes hacer con antelación, para darle el último toque unos minutos antes de comerlos, bien calentitos. En esta receta, verás que el aroma del curry y de la cayena le va a la perfección.
Paso 1:
Si los mejillones que tienes para esta receta son frescos, primero tendrás que abrirlos. (Si no, puedes pasar directamente al punto 3 de la receta). Necesitarás un poco de vino blanco y una cucharada de mantequilla extra. Ponla a fundir en una olla mediana y cuando empiece a hacer burbujitas echa los mejillones y rehoga durante 1 minuto. Después incorpora vino blanco (aproximadamente medio vaso de vino por cada 10 mejillones), sube el fuego y tapa la olla.
Paso 2:
Cuando se ponga a hervir, deja cocinar un par de minutos más o hasta que veas que los mejillones se abren. Cuando estén listos, deja enfriar un poco para no quemarte y saca la carne de la concha. Cuela el caldito que queda, porque después le dará un sabor espectacular a nuestra bechamel.
Paso 3:
Pela y pica el ajo y haz lo mismo con el puerro. También corta con cuidado la carne de los mejillones en trocitos muy pequeños. Prepara un sartén donde debes poner la mantequilla y un poco de sal a fuego medio. Incorpora el ajo, el puerro y la carne de los mejillones y deja que se cocine durante uno 10 minutos a fuego bajo y con la olla tapada.
Paso 4:
¡Ahora vamos con la bechamel! Agrega a la sartén la harina y rehógala durante unos 3 o 4 minutos. Echa también la leche poco a poco, el curry y la cayena molida. Tienes que mezclarlo todo muy bien para que no queden grumos. En la preparación de la bechamel, harás un poquito de ejercicio, porque no podrás dejar de remover: ayúdate con unas varillas para que quede más suelta y evitar así que se pegue la masa. Tiene que cocer despacio durante unos 20 minutos para que te quede perfecta. Y que no se te olvide salarla un poquito y probar para que quede en su punto.
Paso 5:
La bechamel tiene que coger consistencia, y eso se consigue dejándola enfriar durante unas horas. Cuando compruebes que está lista, rellena las conchas de los mejillones ayudándote con una paleta o cuchara. Entonces, ¡a empanar! Primero pásalos por un plato o bol con pan rallado, después por huevo batido y, finalmente, pan rallado otra vez.
Paso 6:
Pon en una sartén aceite de oliva, generosamente, (el suficiente para freírlos), y hazlo cuando el aceite esté bien caliente.
Presentación:
Llévalos a la mesa mientras estén bien calentitos. Si tienes invitados, y quieres quedar como un rey, pon para cada 3 mejillones en un plato bonito y espolvorea un poco de las especias: el curry y la cayena molida le darán mucho color y singularidad a tu presentación.