Plato clásico donde los haya: la socorrida pasta con salsa de carne que tantos almuerzos rápidos ha solucionado. Uno de los más queridos por los niños y de los primeros que se aprenden cuando se empieza a cocinar. Pero eso no significa que sean una receta de segunda ni mucho menos: sigue estos pasos y demuestra que con unos ingredientes tan sencillos y conocidos se puede obtener un auténtico manjar.
Paso 1:
Pela los ajos y córtalos en brunoise, es decir, en cubitos pequeñitos. Haz lo mismo con la cebolla, partiéndola por la mitad y apoyando la parte plana sobre la tabla de cocinar para picarla cómodamente.
Paso 2:
Lava los pimientos, ábrelos, retira los tallos y las semillas y córtalos en cuadraditos apoyando la piel sobre la tabla para que la hoja del cuchillo no resbale.
Paso 3:
Lava las zanahorias, pélalas y rállalas con un rallador o pícalas muy finamente con el cuchillo.
Paso 4:
Pon un poco de aceite de oliva en una sartén al fuego medio alto. Cuando se caliente, echa los ajos y espera a que empiecen a dorarse. Añade entonces la cebolla y saltea hasta que se ponga transparente. En ese momento, agrega los pimientos y la zanahoria rallada y rehoga todas las verduras hasta que estén tiernas.
Paso 5:
Echa la carne picada en la sartén y sepárala con ayuda de una espátula de madera y silicona. Muévela constantemente trabajándola para que se separe en piezas lo más pequeñas posible; cuanto más tiempo y esfuerzo le dediques, mejor textura tendrá tu salsa.
Paso 6:
Cuando la carne esté cocinada, echa el vino blanco y espera a que reduzca.
Paso 7:
Vierte el tomate triturado sobre el sofrito de verduras y la carne, baja un poco el fuego y cuécelo durante 20 minutos removiendo frecuentemente. Trocea unas hojas de albahaca fresca y agrégalas. Pon a punto de sal y pimienta y, si lo encuentras demasiado ácido, corrige con una pizca de azúcar.
Paso 8:
Cuece la pasta en una olla con abundante agua hirviendo y un puñado de sal. Sigue los tiempos marcados por el fabricante en el envase. Cuando esté al dente, escúrrela y resérvala.
Presentación:
Sirve tu pasta con salsa de carne recién hecha repartiendo los espaguetis en los platos y cubriéndolos con la salsa de tomate y carne. Espolvorea queso parmesano por encima y decora con unas hojas de perejil fresco para dar un toque de viveza y color.
Sugerencia:
Si necesitas ahorrar tiempo como sea, no te preocupes: tu pasta con salsa de carne quedará riquísima si simplemente salteas la carne con un poco de ajo y cebolla y después le echas un bote de tomate frito estilo casero de DIA. En apenas unos minutos conseguirás un plato delicioso.