Muchas veces en lugar del puré de patata, prefiero acompañar cualquier plato con una buena polenta. A mí me encanta su sabor. Os presento una receta de polenta con queso y salchichas en salsa de tomate que está para chuparse los dedos. No dudéis en probarla.
Como son dos componentes distintos los que forman este plato, Empezaremos por hacer la polenta que está mejor si está reposada.
En primer lugar nos ponemos a calentar el agua con sal hasta su punto de hervor. Apagar el fuego y verter la harina en forma de lluvia, revolviendo constantemente con una cuchara de madera para evitar la formación de grumos, hasta alcanzar la consistencia deseada.
Hecho eso pasamos a condimentarla con una pizca de pimienta e incorporar el queso cremoso cortado en dados. Mezclar ligeramente para que el queso se derrita en la polenta caliente.
Hecha la polenta ahora vamos a hacer las salchichas con la salsa de tomate.
Empezaremos sofriendo la cebolla y los pimientos picados en un poquito de aceite de oliva. Agregar el tomate picadito y rehogarlo junto con las demás verduras.
Cuando estén las verduras pochadas, agregaremos las salchichas enteras y cocinarlas ligeramente mezclándolas con las verduras. Salpimentar y condimentar con orégano, pimentón y laurel.
Ahora incorporaremos el tomate frito, el vino blanco y mezclar dejando cocinar las salchichas en la salsa de tomate. Añadir el caldo caliente si hiciera falta para evitar que la salsa quede muy espesa.
Una vez cocidas, retirar las salchichas, cortarlas en trocito e incorporarlas de nuevo a la salsa.
Lo mejor es servir las salchichas junto a la salsa cubriendo la polenta, así en el momento de comer puedes comer de un bocado las dos cosas, asique servir tres o cuatro cucharadas colmadas de polenta en cada plato y cubrir por encima con salchichas en salsa de tomate. Espolvorear con queso rallado o en polvo.