La Quiche Lorraine es la tarta salada por excelencia. Una receta sencilla que brillará en cualquier celebración, cumpleaños o reunión de amigos.
Paso 1:
Estira la masa quebrada y colócala sobre el molde donde vayas a realiza la quiche, ajustándola bien y cortando el sobrante. Existen moldes especiales para las quiches con los bordes rizados. El resultado será mucho más bonito, aunque se puede utilizar cualquier otro. También puedes elegir entre un molde grande, para hacer una única quiche, de la que se irán partiendo porciones, y otros individuales. Éstos últimos, serán un éxito asegurado cuando tengas invitados.
Paso 2:
Pincha la masa con el tenedor, pon un poco de papel de aluminio y coloca los garbanzos secos. Este es el mejor truco para que la masa no suba al cocerla en el horno.
Mete al horno, previamente precalentado a 170° centígrados, y hornea durante, aproximadamente, unos 10 minutos. Sácalo en ese momento, retira el papel de aluminio con los garbanzos, y vuelve a introducirlo en el horno otros cinco minutos. Saca y reserva.
Paso 3:
Por otro lado, en una sartén con un poco de aceite rehoga la cebolla cortada en plumas finas. Cuando esté translúcida añade el bacón cortado en tiritas y sofríe unos 5 minutos hasta que suelte bien la grasa. Escurre el aceite.
Calienta un poco la nata, y añade los huevos, la sal, la pimienta y batir.
Paso 4:
Sobre la base de la masa, pon el bacón salteado con la cebolla. Añadir la mezcla de nata y huevos, el queso rallado, y mete en el horno a 180° unos 30 minutos.
La quiche Lorraine estará lista cuando la pinches con un cuchillo o aguja gorda y salgan limpios. ¡Así de sencillo!
Presentación:
Desmolda con sumo cuidado la quiche y ponla sobre una bandeja si es grande, o sobre un platito pequeño si es individual. Generalmente se toma fría, pero, si no puedes esperar… ¡templada también está exquisita!.
Truco ahorro:
Los garbanzos que utilices para meter en el horno y que no suba la masa quebrada, se tostarán estando crudos y ya no podrás utilizarlos para nada… lo cual no significa que tengas que tirarlos. Guárdalos en una bolsita aparte, para la próxima vez que hagas una quiche o una tarta de frutas.