¿Una tarta con calabaza? Rotundamente: sí. Está riquísima. Aquí en España no es muy común, pero en Estados Unidos es toda una tradición que se suele preparar en Halloween, el Día de Acción de Gracias y Navidad. Pruébala… y también se convertirá en un clásico de tu recetario.
Paso 1:
Acerca al fuego una olla o cacerola con abundante agua, bien tapadita. En cuanto rompa a hervir, incorpora la calabaza en trozos grandes y deja cocer a fuego medio. En cuanto la calabaza esté bien blandita, lo que le llevará unos 20 o 25 minutos, escúrrela del agua, y reserva, mientras se va enfriando un poco. Es importante que, para que la tarta salga bien, la calabaza esté bien cocida. Al margen de esto, precalienta el horno a 180°.
Paso 2:
Mezcla los huevos, el aceite y el azúcar. Incorpóralo todo bien con ayuda de una cuchara. Añade los trozos de calabaza cocida y tritúralo todo con la ayuda de la batidora… hasta obtener una crema sin trozos.
Paso 3:
Mezcla bien con la harina tamizada y la levadura. Tamizar la harina significa pasarla con un tamiz o colador de trama fina con el fin de que quede muy suelte y aireada. Incorpora bien estos elementos, con movimientos envolventes y mueve toda la mezcla. En ese momento, añade las pasas y las nueces, peladas y rotas en trocitos.
Paso 4:
Vierte en un molde, untado con un poco de mantequilla para que no se pegue durante el horneado. Mete la tarta en el horno, que ya estará caliente, y cocínalo durante 30 a 35 minutos.
Presentación:
Sirve tu tarta de calabaza entera si la has hecho en un molde bonito, o bien partida en porciones individuales.